«¡Hjckrrh!» es la exclamación con la que el Grifo puntúa ocasionalmente un prolongado silencio en el capítulo IX de Alicia en el país de las maravillas, justo cuando la Falsa Tortuga se dispone a rememorar los tiempos lejanos en que fue una tortuga de verdad. ¡Hjckrrh! es el nombre elegido por varios traductores radicados en Barcelona para un proyecto que aúna los intereses literarios y la exploración de las nuevas posibilidades técnicas de la edición y las tecnologías digitales en un momento en el que muchos «e-libros» no son más que una servil adaptación binaria de un libro comercializado en papel. Así parece indicarlo simbólicamente la presencia vestigial de lo «electrónico» en esa denominación.
Por otra parte, son numerosas las incertidumbres que persisten acerca de la figura del lector en la época digital. Muchas veces, a juzgar por lo que se le ofrece como «libro», da la impresión de que es considerado como alguien que utiliza un dispositivo electrónico para leer un pdf y al que no le importa el retroceso en la calidad del texto y el producto recibidos. De modo muy especial en el caso de las traducciones, resulta imposible eludir la sensación de que lo que se ofrece –sin reconocerlo abiertamente– es un libro de segunda mano o una edición anticuada a los que se les ha pasado un programa de reconocimiento de texto.
¡Hjckrrh! no se propone sumar un nombre más a la larga lista de editoriales y microeditoriales que parecen ver la luz en un constante y sorprendente goteo de iniciativas (sorprendente, porque no fue una evolución imaginable cuando empezó hace dos décadas en el ámbito hispano un proceso de concentración editorial que parecía que iba a acabar con toda edición independiente). Su propósito es más modesto y tan sólo pretende prolongar algunos intereses intelectuales y adentrarse un poco en los nuevos horizontes que hoy se nos presentan.