Autor: | Robert Barr |
Título: | Las aventuras de Sherlaw Kombs |
Traducción y prólogo: | Juan Gabriel López Guix |
Ilustraciones: | George Hutchinson |
Depósito legal: | B 18768-2024 |
Año: | 2024 |
Palabras: | 5.300 |
ROBERT BARR Las aventuras de Sherlaw Kombs
En un momento en que las aventuras de Sherlock Holmes publicadas en la revista Strand daban nacimiento a un auténtico furor por las peripecias del detective creado por Conan Doyle, Robert Barr y su amigo James Barrie estuvieron entre los primeros en iniciar un nuevo subgénero literario: las parodias holmianas.
Publicado con el pseudónimo de Luke Sharp en The Idler en 1892, «Las aventuras de Sherlaw Holms» parodia con un humor afable la personalidad y los métodos del más célebre de los detectives londinenses. El relato está lleno de alusiones al Estudio en escarlata de Conan Doyle publicado un par de años antes; y, como las aventuras del Holmes auténtico, está narrado bajo el admirado punto de vista de un ayudante, un médico militar llamado Whatson. El caso presenta las dificultades típicas de los relatos holmianos y su desenlace replica en apariencia ese modelo.
La edición que presentamos incluye las ilustraciones originales que acompañaron la publicación del relato en The Idler. Son obra de George Hutchinson, ilustrador en 1891 de una edición del Estudio en escarlata. La traducción nació como proyecto académico en una asignatura de Traducción Literaria, fue utilizada en una lectura realizada con motivo del Día del Libro y del Derecho de Autor 2024 y es presentada ahora por ¡Hjckrrh! en formato de libro.
Pasé a ver a mi amigo Sherlaw Kombs para escuchar lo que tenía que decir sobre el misterio de Pegram, como había acabado por llamarlo la prensa. Lo encontré tocando el violín con una expresión de dulce paz y serenidad en el rostro que nunca veía en los semblantes de quienes se encontraban lo bastante cerca para oírlo. Sabía que aquel aire de calma seráfica indicaba que algo lo había irritado profundamente. Y tal resultó ser, en efecto, el caso, porque uno de los periódicos matutinos publicaba un artículo en el que se elogiaba la vigilancia y la competencia general de Scotland Yard.