Autor: | Li Ang |
Título: | Muñecas con curvas |
Prólogo: | Alberto Poza |
Traducción: | Alberto Poza |
ISBN: | 978-84- 948648-4-1 |
Año: | 2020 |
Palabras: | 8.000 |
LI ANG
Muñecas con curvas
Huérfana de madre y con un padre poco atento, la protagonista de este relato encontró de pequeña un gran consuelo en los juegos con una muñeca de trapo confeccionada por ella misma. De adulta y ya casada, sigue obsesionándola el recuerdo de aquella muñeca y de otras que vinieron después. En el dormitorio conyugal, sola o junto a un marido dormido, sueña con curvas y ondulaciones misteriosas. Esas formas extrañas, que al principio no se concretan demasiado, la llenan de angustia. Un día decide confiarse a su marido: le habla de esas sensaciones perturbadoras y de sus muñecas infantiles, que nunca antes le había mencionado. Sin embargo, por parte del marido, sólo encuentra incomprensión y burla. Ese rechazo refuerza los anhelos infantiles y el irrefrenable impulso de tener a su alcance unas formas llenas sobre las que recostarse y encontrar protección y serenidad.
En sueños y en vigilia, aparecen con fuerza creciente recuerdos de la infancia, muñecas cuyos pechos van creciendo, turgencias y formas onduladas que traslucen una necesidad cada vez más punzante. Las pulsiones que se abren camino y se imponen cada vez con más claridad. Gradualmente, comienza a concretarse en su dormitorio un ser extraño de ojos inquietantes, una presencia reptilínea de mirada verdosa que la cautiva y a la que anhela entregarse. Inicia entonces una serie de rituales por medio de los cuales venera la misteriosa presencia y consuma un acto de entrega por medio del cual intentará alcanzar el anhelado sosiego.
La versión castellana que aquí presentamos es la primera traducción directa del chino de una obra de Li Ang.
Desde niña siempre había deseado tener una muñeca, una muñeca con curvas. Pero la muerte prematura de su madre y el desinterés de su padre, sumados a una mala situación económica, se lo impidieron. Pasó una temporada espiando a escondidas a la hija de los vecinos y la gran muñeca que ésta llevaba en brazos; le parecía raro que aquella niña fuera dejándola en cualquier sitio y la tratara sin ningún cuidado. Desconcertada, pensaba que si ella tuviera una muñeca, la trataría con cariño y la abrazaría todo el tiempo.