Autor: Mark Twain
Título: Soliloquio de Adán
Edición: Juan Gabriel López Guix
ISBN: 978-84- 941502-3-4
D. L.: 13.930-2013
Año: 2013
Palabras: 7.000

MARK TWAIN
Soliloquio de Adán

Tercero y último de los tres soliloquios que escribió Mark Twain de modo consecutivo en los primeros meses de 1905. Mientras terminaba el segundo de ellos, el Soliloquio del rey Leopoldo, el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York inauguró una nueva sala dedicada a los dinosaurios cuya mayor atracción era el esqueleto montado de un brontosaurio, mencionado entonces por Twain. El brontosaurio vuelve a aparecer en este texto, donde es motivo de la perplejidad de Adán: el animal no es citado en el relato bíblico ni tampoco encaja en la cronología según la cual el mundo había sido creado 4.004 años antes de Cristo, una cronología muy popular en los países anglosajones porque se incluyó en las ediciones de la Biblia del Rey Jacobo.

La reflexión de Adán sobre los tiempos más remotos incluye un relato del Diluvio que parece prefigurar de modo condensado el primer capítulo de Una historia del mundo en diez capítulos y medio de Julian Barnes y se continúa en el presente a través del encuentro con una joven madre neoyorquina y su bebé. La atmósfera que se desprende de este soliloquio ofrece una visión mucho menos desesperanzada de la humanidad de la que parece desprenderse de los soliloquios dedicados a Nicolás II y Leopoldo II.

Ésta es la primera edición crítica realizada en castellano del Soliloquio de Adán. Además del texto de Twain, contiene un prólogo y un apartado de referencias históricas. El prólogo repasa de modo sucinto la relación del escritor con la religión cristiana, así como la utilización literaria por su parte de ciertos personajes bíblicos y, de modo especial, de Adán y Eva. El apartado final ofrece información adicional sobre los personajes y acontecimientos mencionados o aludidos en la obra y, en ocasiones, ofrece datos que permiten prolongar la reflexión sobre ellos.

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Es raro... muy raro. No me acuerdo de esta criatura. (Tras examinarla prolongada y admirativamente.) ¡Sí, es fabulosa! Sólo el esqueleto mide diecinueve metros de largo y cinco de alto. Parece que es el único ejemplar que han encontrado hasta el momento, y sin duda era de tamaño mediano; si alguien saliera ahora mismo a la calle y entrara en Central Park, no se encontraría de buenas a primeras con el caballo más grande de los Estados Unidos; no, se encontraría con alguno que sería pequeño comparado con el mayor de los ejemplares normandos. Es muy probable que el dinosaurio más grande tuviera treinta metros de largo y ocho de alto.

En torno al Soliloquio de Adán

Especialistas del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York ensamblando el fósil del brontosaurio (1904).

El brontosaurio tal como lo contempló Adán en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, en 1905.

Madre con su bebé en Central Park, una tarde de domingo de 1909.

Entrada del blog Sindioses sobre el obispo Ussher y su cálculo de la edad de la Tierra.

Noticia de la cadena francesa TF1 sobre el Museo de la Creación inaugurado en Petersburg (Kentucky) en el 2007.